Relaciones de Poder. Del dramatismo al respeto y el amor.

 
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El mes de marzo, en conmemoración de la mujer, es un mes que cobra cada vez más importancia y relevancia en esta sociedad moderna. Aprovecharé esta instancia para desarrollar algunas temáticas que siguen siendo vigentes y dignas de poner en vitrina para seguir reflexionando.

Un fenómeno que no puedo dejar de tocar en este mes conmemorativo es el tema del poder, su uso y abuso aún muy presentes hoy a través de múltiples manifestaciones. Algunas son muy visibles, como los femicidios, la violencia intrafamiliar, el acoso sexual, mientras que otras se esconden detrás de un manto de roles y personajes, lo que las hace más difíciles de ver y mostrar.

Si desean conocer más sobre estos quiebres que atravesamos desde el género y la sexualidad, los invito a esperar mi próximo artículo, la semana que viene, sobre este tema.

Triángulo del stress

Para nuestro ser coach, es sumamente relevante levantar el manto y develar los personajes que están detrás del abuso de poder en las relaciones desequilibradas y disfuncionales.

En el curso de la investigación de mi libro, estudiando acerca del circuito del abuso y la violencia de género, me encontré con el Triángulo Dramático de Karpman. Un modelo construido por la psicología, basado en el Análisis Transaccional, para las relaciones familiares disfuncionales, perfectamente traducible y adaptable para las relaciones de poder en todos los dominios de la convivencia humana. En este triángulo que podemos llamar “el triángulo del stress” actúan 3 personajes: el perseguidor, el salvador y la víctima.

 
 
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Se trata de tres personajes o roles que asumimos frecuentemente en nuestras relaciones cuando se transforman en disfuncionales, es decir cuando el  poder entra en desequilibrio. Se encuentran están íntimamente ligados y son codependientes. Aquí no cabe la equidad, el respeto mutuo, la franqueza, pues son roles que están saltando de la dominación al dominado, pasando por los tres personajes. 

Todos ellos se consideran víctimas, por lo que en una relación de pareja, familiar, así como laboral, cuando se ingresa en este triángulo dramático, la relación es de estrés, de poca honestidad, ya que no es posible una comunicación sincera y amorosa.

  • El perseguidor 

    Corresponde al victimario en el circuito de la violencia. Es el pater, quien tiene todo el poder de hacer y decidir, de castigar e imponer lo que está bien y está mal. Pone las reglas y es el dueño de la verdad. Y así como siente que tiene todo el poder, cuando este se debilita, fácilmente puede ocupar el rol de salvador e incluso de víctima.

  • El salvador

    Es un personaje nuevo para mí. También usa el poder para manipular e imponer, disfrazándose de inofensivo y de ayudador. Y desde ese rol, al igual que el perseguidor, es el que “sabe” lo que es bueno para el otro, imponiéndole su verdad e inhibiendo sus posibles iniciativas. El salvador, cuando no es considerado, es fácil que se transforme en victimario, usando la co-dependencia que ha ejercido sobre su víctima, generando sentimientos de culpabilidad por no ser considerado. 

Tanto el perseguidor como el salvador adoptan una postura parental, en la que pueden sentirse con el poder en sus manos. 

  • La víctima

    En psicología se le conoce, también, como el “niño herido”, por lo que las víctimas asumen un rol infantil, de indefensión y vulnerabilidad. Aparentemente es impotente, pero usa la manipulación para equilibrar su falta de poder. Cuando nos sentimos traicionados, incomprendidos, utilizados e incluso manipulados, nos colocamos en el rol de víctima. Y cuando la víctima observa que su victimario se debilita, puede invertir fácilmente el rol transformándose ella misma en victimario.

Una de las emociones que une a estos tres personajes es el miedo. Miedo del perseguidor de ser descubierto en el hecho de que no es perfecto y que tiene debilidades, lo que compensa con su postura. Miedo del salvador, a no ser querido y considerado, lo que compensa sobreactuando. Miedo de la víctima a no poder, implorando protección y generando culpa. 

Además del agobio, la vergüenza y la ira, el miedo es la emoción que mantiene a los personajes dentro del triángulo dramático.

Como coaches con distinciones de género, este modelo nos amplía la mirada de la polaridad o de la simetría entre víctima y victimario. El triángulo permite incorporar un tercer actor que estaba quedando fuera de la fórmula, “el salvador”. 

 
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Triángulo del amor 

Entonces, para salir del circuito del abuso de poder en las relaciones disfuncionales, ¿cómo trabajamos estas dimensiones?

  • En primer lugar, tomando conciencia del juego que juega nuestro coachee dramáticamente.

  • Si nos encontramos con un victimario/perseguidor, sabiendo que detrás de la soberbia hay miedo, develar lo que le importa y ser empático con su vulnerabilidad. Sacar a la luz el ‘varón saludable’, como dice Gil Edwards en su libro  El triángulo dramático de Karpman. (1)

  • Si nos encontramos con un salvador, es cuestión de develar lo que descuida de sí mismo y ser compasivo con su ceguera, apelando a la “fémina compasiva”.

  • Si nos encontramos con una víctima que no se hace cargo de su vida, se infantiliza y le entrega y carga el poder a otros, debemos usar la magia del niño, incluso el sentido del humor, para trabajarla y transformarla.

Se le ha denominado el “triángulo del amor” por oposición al triángulo del stress que es el que hemos estado analizando. La clave para pasar de uno a otro radica en la desactivación del estrés. 

Siempre que nos sentimos a salvo y queridos, se desactiva la respuesta del estrés. 

Esto es válido tanto en las relaciones donde estamos en triángulos dramáticos, como cuando como coaches nos encontramos con alguno de estos personajes como protagonistas. 

Las emociones básicas del triángulo del amor que nos ayudarán a desactivar el estrés y dejar a un lado el abuso de poder en las relaciones son las siguientes:

  • Alegría

  • Entusiasmo

  • Gratitud

  • Aceptación

  • Compasión

  • Libertad

  • Amor incondicional.  

En tanto coaches, ¿qué distinciones requerimos tener respecto del poder para desactivar el triángulo dramático? ¿Cuál es el puente entre el triángulo dramático y el triángulo del amor?
¿Qué emociones están a la base de ambos triángulos?

(1) Libro: “EL triángulo Dramático de Karpman”. Gil Edwards. Gaia, Madrid, 2011.

 
 
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Un libro para coaches que buscan ampliar sus herramientas y distinciones

 
Walter Giu