La historia… mi historia como coach. Capítulo 1.
Encuentros
Este noviembre (2022), se realizó el Primer Encuentro Iberoamericano de The Newfield Network. Hace años un evento parecido se hacía al menos cada dos años, en Puyehue, Chile, (en reiteradas ocasiones), y el último que me acuerdo fue en Colombia (2011?), en una finca de Villa de Leyva, lugar maravilloso, con casas blancas coloniales, y restos arqueológicos de nuestros orígenes como humanidad, y donde se realizaba "el día de la experiencia", del programa ACP Caribe (El Arte del Coaching Profesional Caribe). Siempre fue algo muy emotivo. El volver a mirarnos a los ojos, abrazarnos, vernos como aprendices eternos, el compartir nuestros caminos andados, ilusionarnos con proyectos conjuntos posibles…
Estas instancias nos han permitido hacer historia, recordar nuestras raíces, reconocer la evolución y progreso de nuestra profesión, ponernos al día, sin dejar de lado los contextos históricos, los eventos mundiales que nos han cambiado. ¡¡¡Ya lo estaba echando de menos!!! Hoy somos diferentes. La humanidad hoy es otra. Yo soy otra. Y probablemente la historia que cuente aquí, de mis inicios como coach, también es diferente a la que me/les he contado anteriormente.
Comienzos
Este primer capítulo se podría llamar como la película "Buscando mi destino". Así llegué a conectarme con el "coaching ontológico". En un momento que mi no-identidad era lo que me definía. Toda mi vida estaba en duda y en nada. Me "reclutaron", porque sabía inglés (Redcom Chile), patita chilena de Logonet, USA, empresa de Fernando Flores.
El no saber hacía que todo lo que viniera se transformara en aprendizaje. La emoción que habitaba en mí era el misterio y el asombro, como una niña que ve por primera vez el mar. Es una emoción que me visita de vez en cuando, menos de lo que me gustaría. Fue un año (1987) de abrir los ojos, de aceitar mis articulaciones, de escuchar los latidos de mi corazón y el de otros, salir de mirarme el ombligo y reconocer el horizonte y mas allá. Comencé un camino de costituirme habitante del mundo.
Lo que me enamoró de esta filosofía de vida que es el coaching ontológico, no fue en primera instancia el servir a otros. Comenzó con "servirme a mí misma", paso necesario para ver al otro, pareciera. Aprendí a conversar con mi marido, a decir SÍ responsablemente, y muy especialmente a decir NO y poner límites. Esto que parece tan elemental, fue fundamental para conquistar mi dignidad de mujer y re-crear nuestro matrimonio por otros 13 años.
En 1990, Julio Olalla y Rafael Echeverría formaron la primera escuela de Coaching Ontológico, en San Francisco, California. Venían de ser parte del equipo de pensadores y formadores de Logonet USA. Ambos con competencias diferentes y complementarias. Julio un gran coach y comunicador, y Rafael, un pensador , filósofo, más teórico. Una dupla dinamita.
Pensé…"este Programa es para mí", una estrella caída del cielo. Corría el Año 90, período de mucha expansión en Chile con la vuelta a la democracia, coincidiendo con la mía propia. Me las ingenié para negociar con mi marido de entonces, para financiarlo y organizar mi vida de "esposa y madre tradicional", y poder viajar a San Francisco (primera conferencia); a Chicago (segunda conferencia, y donde viví entre el 71-74); Buenos Aires (regional 1); y Baton Rouge, New Orleans (tercera conferencia).
El Programa tenía una estructura y metodología parecida a los ACPs venideros. Esta primera piedra, fue mas bien la piedra filosofal de lo que sería esta profesión de coach ontológico y para mí, constituirme en amante del aprendizaje contínuo.
Continúa …
Ana María Torres
Coach Ontológica Senior (1991)
Castellón de la Plana, España.