El viaje… mi viaje
En este viaje que es la vida, estoy en pleno vuelo de mi último cuarto de existencia. Y esto no es menor. Influye en mis decisiones cotidiana, como en las mas trascendentales. Me ha hecho preguntarme por mi relación de pareja, profundizar el contacto con mis amistades, acortar la distancia física y afectiva con mis hijos/a, nietos y nietas. Sentir que el aquí y el ahora es lo que tengo y me predispone a gozar de cada minuto de vida. Ya quedó atrás el buscar segundas o terceras oportunidades… o el "para más adelante".
La otoñes de la vida me ha permitido conectarme con lo importante, con lo que quiero cuidar, conectarme con realizar mis sueños, con la expansión, estar donde quiero y con quien quiero estar. Esto no ha estado exento de responsabilidades, dolores del alma y por supuesto del cuerpo. Curar y sanar han sido dos actividades que hoy me hacen cada día ser más consciente en especial de su inminencia. El repaso de los pendientes, aquellas relaciones que quedaron suspendidas, de pérdidas y desgarros. Perdonar y perdonarme por los olvidos, lo obviado, los errores e inconsistencias. Las decisiones apresuradas que muchas veces pasaron por encima de otros de forma inconsciente, dada mi esencia de fuego ariana que a veces quema en vez de calentar.
En este contexto, en este momento, he emprendido un viaje al "viejo" continente, para ponerme a tono (por lo antiguo). He ido reconociendo parte de mis raíces españolas así como también la importancia del catolicismo, tan fuerte y arraigado en mí y en nuestra cultura latina, muchas veces sin darnos cuenta. Me conecta, además, su música, esos olores que emanan de las especias al ser cocinadas en cada rincón, de los tés traídos del oriente que invaden las estrechas calles donde vivieron muchas generaciones y que nos siguen trayendo la historia que nos marca.
La emoción que más me ha visitado en este recorrido a la historia, ha sido el asombro. El dejarme sorprender por tanta belleza y diversidad. Cómo se junta la historia con el hoy. La sensación de liberación con precaución que vuelve a existir en la calles, después de dos años de confinamiento y de sólo conectarnos con los ojos, cuando se podía. Llegué a España, un sábado de octubre, cálido aún, propicio para matrimonios y fiestas. La tradición y la apertura estuvieron presentes en un mismo día. Dos bellas jóvenes, celebraban su unión en una catedral de cientos de años, que seguro acostumbraban a bendecir a parejas hombre-mujer. Al mismo tiempo, a dos cuadras, una pareja, como muchos dirían "como Dios manda", hetero, aunque con dos niñas pequeñas, saliéndose de la tradición, llegaban en una carroza como las antiguas reinas y reyes.
Este otoño de mi vida, está siendo cálido y jugoso. Compasivo con mi cuerpo y con mi historia. ¡Conectada con mis amores! Abundante en escritos, fascinada con lo que la tecnología me permite, agradecida de cada día, de la salida del sol, y de poder verlo y sentirlo.
¡¡Gracias a la vida que me da tanto!!
Granada, 13 de Octubre, 2022.
Ana María Torres
Senior Coach