¡Honrando nuestros orígenes y los ciclos de la vida!

¿Cuándo nos imaginaríamos que el 21 de Junio de 2021 se celebraría con un feriado honrando a nuestros pueblos originarios? Dejando de lado la pérdida de su sentido inicial, por declararse con 2 días de antelación al 21 (generando todo tipo de resistencias, principalmente hoy, en período de pandemia, pues significa para los y las comerciantes independientes perder un día sagrado de trabajo), hoy es motivo de alegría y de reconocimiento. Y no está demás decir que requería ser respetado y publicitado con el tiempo suficiente, para que todo el pueblo chileno se enterara el porqué de esta fecha y así incluirnos en esta celebración.

Para la mayoría de la urbanidad chilena, el 21 de Junio, es el comienzo del invierno, que comúnmente significa sólo un cambio de estación y una espera que los días se alarguen, se oscurezcan, se pongan más fríos, y nos inviten a sacar la ropa de lana que ha esperado en bolsas o maletas guardadas desde el invierno anterior. Es lo cíclico que nos traen las estaciones que no todos los pueblos del planeta tienen el deleite de disfrutar.

Hoy, esta fecha marca un hito diferente para los chilenos y chilenas, al ser destacada en rojo en nuestro calendario. Es una acto declarativo, y como tal, constituye el principio de un cambio de la realidad existente hasta hoy. Tiene que ver con iluminar esa parte de  nuestra identidad, nuestra memoria ancestral, que ha estado escondida por cientos de años y que hoy tenemos la oportunidad de limpiarle el polvo y sacarle el brillo que corresponde. El 90% de los chilenos tiene sangre indígena, remarca Ancalao, presidente de la IlDII (Instituto de Desarrollo del Liderazgo Indígena), tras un informe publicado recientemente. 

Como muchos otros eventos iniciáticos (Nunca antes…) que estamos protagonizando últimamente, este no es uno más entre muchos. Es el comienzo de un nuevo ciclo y también de una nueva era que viene a completar un espacio de nuestro ser chileno, tantos años huérfano de padre y madre. “Una sociedad que no tiene identidad, trata de buscar antepasado europeos, antes de reconocer sus antepasados que son los pueblos originarios, siendo mayoritariamente el pueblo mapuche”, remarca Ancalao.

Es nuestro año nuevo ancestral, año nuevo mapuche. Entre el 21 y el 24 de Junio se celebra el We Tripantu o wüñoy Tripantu​ en el solsticio de invierno austral. Corresponde al comienzo de los días cada vez más largos hasta el solsticio de verano y el renacer eventual de la naturaleza tras el invierno al que se entra.

En este nuevo período que se inicia el 21 de Junio, la tierra comienza a limpiarse con el agua que envía Ngenechén (Dios) a través del Ngen-ko (‘el espíritu del agua’), lo que provoca un nuevo ciclo, que implica el término del ciclo anterior y la naturaleza debe limpiar y preparar la tierra para otro período y así sucesivamente.​ 

La sabiduría originaria se manifiesta día a día, nos muestra que somos tribu, somos naturaleza y no nos podemos olvidar de ella, como nos ha mostrado este período de pandemia. 

Lo antiguo se renueva siempre

La concepción mapuche del tiempo nos dice que lo antiguo se renueva siempre, yendo a la par con los descubrimientos de la neurociencia, la plasticidad neuronal y nuestra capacidad de renovación de redes neuronales hasta el último día de nuestras vidas. Esta mirada se acerca, también, a la mirada de Humberto Maturana y Francisco Varela (1973) respecto de la autopoiesis, neologísmo que designa la cualidad de un sistema de reproducirse y mantenerse por sí mismo, refiriéndose a la química del automantenimiento de las células vivas. Han tenido que pasar tantos años, y tantos saberes para que comencemos a volver a la sabiduría del origen. 

Otra lectura que me motiva de la frase “lo antiguo se renueva siempre”, es nuestra mirada del paso del tiempo y la interpretación que hemos tenido de la vejez en este mundo sordo y preocupado de la apariencia. Lo antiguo queda atrás y es solo para recordar. Lo viejo es desechable, agote de la vida, desgaste de material, etc. Lo antiguo se renueva siempre, nos invita a la permanente innovación y creación, no importando la edad que tengas. 

El We Tripantu, año nuevo mapuche  nos recuerda que somos ciclos, nos invita a ser conscientes de los inicios y los términos, y que nos pertenecemos con nuestros pueblos que nos dieron la vida.

¡Qué viva este inicio de nuevo ciclo y era, que lo antiguo se renueve para que podamos seguir trascendiendo nuestro presente, incorporando con orgullo nuestra identidad originaria!

Pamela ZahlerComentario